No sabría explicar los sentimientos que me inundan. Siento que ese "tipo de amor" que hace mucho apareció, está de nuevo comenzando pero con un espíritu distinto, con un alma más libre, con una inocencia más cálida.
Quizá sea el destino, quizá sea solo una ilusión, o quizá una necesidad de ambos corazones que terminaría en lágrimas.
Lo más triste es saber que mis noches son tus días, que cuando yo duermo tú despiertas, que mi luna es tu sol, pero que el amor no tiene hora ni fronteras, ni días ni noches. Podría reír o podría llorar, podría gritar o callar, pero jamás lo sabrás, porque no estás aquí; y aunque lamentemos nuestras posiciones, fue el destino (Dios) que así lo quiso, por alguna sabia razón.
Las noches se han vuelto más largas, los días más grises, pero cada día es un nuevo encuentro, otro motivo para sonreír, otro día para aprender el flagrante idioma del mundo, otro día más para poder intentar expresar lo que nos nace difícil de decir.
Y quizá como me suele pasar, llegue a lamentar todo lo entredicho, ya que al parecer, el destino me ha puesto amores tan complejos como la vida misma, y anhelaría tanto que todo realmente tenga un buen final, junto a ti, pero hablar de los desamores es un tema a parte, tan complicado y lamentable como para expresarlo en esta pequeña nota que revelan expresiones hacia un nuevo y posible amor.
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