Una media luna en un frío rostro

Solo tengo ganas de escribir. No lo sé. Por lo general escribo solo cuando estoy triste, pero creo que esta vez puedo ir más allá de las reglas y ser un poco como realmente soy.
De un momento a otro siento la felicidad de escribir, quizá puede ser porque cosas buenas pasarán, no lo sé, quizá sea el frío, o algo más que eso...
Tantas cosas por contar, tanto por aprender, creo que puedo retomar lo perdido y ser feliz cada día un poco más, y sentir el amanecer como una brisa tibia en el rostro, poder abrazar mi destino con los brazos fríos y dejar al fin caer las lágrimas que tanto tiempo esperaron como un prisionero inocente culpado por su propio error de estar presente en su triste y solitaria sentencia.
Fuerte como el viento, fuerte como la soledad misma, que palpita y retumba, que desgarra y hace trisas. La miseria es lo que se esconde detrás de una lápida de escombros y cenizas. Un destino, mi destino, tanto y a la vez nada, mucho y a la vez vacío como el silencio.

Hay tanto que decir, pero todo es tan complejo, y aunque no parezco, pero puedo sonreír.

Confusión y extrañes eterna

Sentado tras un monitor, mientras miro la pantalla, pienso que pasa con todo esto? Falta mucho por hacer y lo único que hago es deshacer las oportunidades, deshacer mi vida.
He perdido tanto tiempo, que siento un llanto eterno por que nunca podré retroceder el tiempo que perdí. Por favor Dios, perdón, porque tengo las manos sucias y los ojos rojos, porque tengo los pies sucios y sangrados de caminar por piedras en un camino obscuro. Por favor, sácame de aquí, de esta soledad triste de cada noche, de los dolores de cabeza y de la eterna agonía que me depara. Ayúdame.

Papá, hace unos días te fuiste pero siempre estarás conmigo, lo sé, siento que no te has ido y mi dolor será eterno junto con el gran amor que te tengo pá'. Dile a Dios que me de más tiempo, solo un poco más que mi vida aun tiene una misión.

Trataré de soportar lo necesario para poder enderezar mi camino y poder al fin hallar paz.